En un mundo de eventos cada vez más complejos y cambiantes, la gestión de crisis se ha convertido en una habilidad indispensable para cualquier organización que busque sobrevivir, especialmente en entornos marítimos sensibles expuestos a múltiples amenazas. Las organizaciones ya no se preguntan si ocurrirá una crisis, sino cuándo, dónde y cómo. Por lo tanto, la falta de preparación puede provocar pérdidas catastróficas que no solo afectan la infraestructura, sino que también afectan la reputación de la empresa y la confianza de los clientes.
Además, imagine un incidente inesperado en un buque de carga en medio del océano, donde no hay margen de error ni demora. En este momento, la gestión de crisis debe pasar de ser un plan escrito a una realidad que salve vidas, proteja la propiedad y mantenga a la organización a flote.
En un mundo de eventos cada vez más complejos y cambiantes, la gestión de crisis se ha convertido en una habilidad indispensable para cualquier organización que busque sobrevivir, especialmente en entornos marítimos sensibles expuestos a múltiples amenazas. Las organizaciones ya no se preguntan si ocurrirá una crisis, sino cuándo, dónde y cómo. Por lo tanto, la falta de preparación puede provocar pérdidas catastróficas que no solo afectan la infraestructura, sino que también afectan la reputación de la empresa y la confianza de los clientes.
Además, imagine un incidente inesperado en un buque de carga en medio del océano, donde no hay margen de error ni demora. En este momento, la gestión de crisis debe pasar de ser un plan escrito a una realidad que salve vidas, proteja la propiedad y mantenga a la organización a flote.